El pasado sábado 12 de noviembre al cumplirse el 50 aniversario de la desaparición de Alejandro Aguilar Reyes, Fray Nano, sus hijas Aguilar Mitchell, nietos y amigos del maestro de la crónica se dieron cita en la capilla del Panteón Español para rendir un homenaje a tan distinguido personaje, con la presencia de dos iconos de la crónica deportiva y de la verdadera “Lechuga” el Diario La Afición, que fundara el propio Fray; Tomás Morales y Jorge el Che Ventura, así como el presidente de la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos, Andrés Guevara Montiel.
Al cumplirse 50 años de su partida al descanso eterno, la familia del cronista anunció la publicación de la biografía de quien fuera también creador de la Liga Mexicana de Beisbol, del hoy Consejo Mundial de Lucha Libre, junto con Ernesto Carmona, a sus escasos 23 años de edad. El libro tiene por título “Un huracán llamado Fray Nano”.
Ese carácter indomable de un hombre que comenzó a trabajar en las redacciones a los 17 años y que a los 21 ya había pasado un año en Estados Unidos para perfeccionar su inglés, es lo que se retrata de Aguilar Reyes.
El nieto de Fray Nano, Alejandro Lerdo de Tejada Aguilar, fue el redactor del libro que tardó un tiempo en comenzar su preparación, pues los elementos no estaban listos por problemas de ubicación, pues él trabajaba en Venezuela.
Finalmente, se dio el espacio para realizar los textos, y en un momento idóneo para esta la realización de la obra. El planteamiento fue sencillo, según relató el propio Lerdo de Tejada: “Por qué no escribimos un libro con los recuerdos de mi mamá, que fue quien mejor conoció al abuelo, a Fray Nano. Durante cinco años lo visitaba cada martes y él le platicaba de deportes, de beisbol, de México, de su historia. Justo este año me mandaron a trabajar a México y comenzamos el trabajo del libro con 15 días de entrevistas. Cuando estábamos trabajando, nos dimos cuenta y dije: no es posible, estamos escribiendo el libro cuando el abuelo está cumpliendo 50 años de muerto, yo creo que es algo muy especial”.
La mancuerna ideal para la realización de esta biografía es la hija del periodista, Guadalupe Aguilar Mitchell, quien agradeció la presencia de los grandes amigos de Fray Nano, pues “50 años no es poco tiempo y aquí están los amigos de mi papá, los redactores de La afición que lo conocieron en el trabajo”.
El texto también relata las anécdotas de Fray Nano como hombre de familia, de “las veces que salíamos a divertirnos, a pasear”, recuerda Aguilar Mitchell. Una de las memorias evocadas, fue el día en que director de “La Lechuga”, llevó a sus hijas a ver una pelea de boxeo en Estados Unidos, era Rocky Marciano quien estaba en el ring, y Alejandro Aguilar había pronosticado un nocaut en el tercer round. Y sí, terminó con su rival antes de que pasaran los nueve minutos del pleito, pero sus hijas decidieron que era momento de ir por un hotdog y no vieron el desenlace, lo que provocó el enojo de su padre.
“Este libro es un homenaje a uno de los hombres más grandes que ha dado el pueblo mexicano. Todos sus sueños los hizo realidad, para mí él es un gran ejemplo. Un hombre visionario y con un profundo amor por su patria. Un hombre sabio con un enorme liderazgo positivo.”, compartió doña Guadalupe.
Jorge Ventura, que publicó las crónicas de los Juegos Olímpicos de 1968 en el primer diario deportivo del mundo, habló sobre la personalidad de quien considera su maestro en el periodismo.
“Querer separar a Alejandro Reyes de Fray Nano era imposible, todo era una aleación absoluta. Su papá era impresor y la primera vez que salió La Afición la hizo en un papel verde, todavía con esos antiguos rollos”, dijo Ventura, quien sacó a la luz uno de los episodios más ilustrativos sobre Aguilar Reyes.
“En el baño de La Afición me pegué en la frente, desmayé y me hice un corte; todavía tengo la cicatriz en la frente. Desperté en el sillón de la oficina de Fray Nano y me dijo: ‘El niño no tendrá que ir al hospital, ni le van a tener que poner una puntada. Yo así atendía a mis boxeadores en las esquinas’. Y me puso un vendolete que no sangró. Era paternal”, revela.
Pero el recuerdo más puntual que le dejó su maestro fue el de la primera vez que éste pensó en realizar una “hoja en la que sólo se hablara de deportes”.
“Un editor le dio el mejor consejo, aunque esta persona nunca lo supo. Él siempre pedía planas para información. Y un día le dijo: ‘Si quieres más planas, haz tu periódico’. Fue lo mejor que le pudo decir, porque lo hizo”, concluyó Ventura.
Tomás Morales, también hablo de Fray Nano, con una emoción que por un momento se le quebró la voz, inunda el recinto de nostalgia pura y con un nudo en la garganta el famoso Tommy al Bat, dijo “ Siempre pensé morir en la redacción de mi querida Afición, pero las cosas sucedieron distintas; gracias a Fray Nano, pude cubrir mi primera serie Mundial en Nueva York y aunque él me dio muchas sugerencias de lugares que visitar en la Gran Manzana, a mi lo único que me interesaba era ver a Los Yankees en acción, relato Tommy.
El 12 de noviembre de 1961, México y La Afición perdieron a Fray Nano. Al cuarto para las seis de la tarde, en el Hospital Español, murió Alejandro Aguilar, víctima de una afección cardiaca complicada por diabetes. El día anterior, Fray Nano se retiró temprano de la redacción y a la mañana siguiente fue internado. El sepelio se realizó en el Panteón Español de la Ciudad de México y el periódico publicó en su primera plana:
“Fray Nano ha muerto. Esta es la noticia más lacerante, más dolorosa, que jamás haya podido dar La Afición, que fue su periódico, su queridísimo periódico que él fundó, que él impulsó, él la hizo triunfar y que siendo su propia vida acabó por ser el ara sobre la cual sacrificó su existencia…”.
También hablaron y recordaron al gran periodista, el director del Salón de la Fama del Beisbol, su yerno, que trabajo con él y quien recibió siempre grandes consejos el señor Duran.
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